domingo, 12 de julio de 2009

Carta I

Callo las voces que intentan levantarme, pero en cambio escucho el sonido de tus pasos a kilómetros de distancia.

No me centro, me pierdo en ilusiones retroalimentadas por idealismos absurdos e infundados que para mi son nítidos, maduros y coherentes.

Busco cada momento, y lo aprovecho como si fuera el ultimo; lo reconozco, tengo miedo a no aprovechar las ráfagas de viento que dejas al pasar, a no verte, porque solo me quedaría palabras que llenaron horas vacías, horas que no quería parar de pensar en ti.

Podría argumentar de mil maneras porque siempre tengo que estar con ostracismos mundanos, pero la verdad escasea si sabes que las palabras son afiladas, que no llegan a entrar en los oídos, que rebotan y nos separan.

He perdido la cuenta de las veces que me sobra el mundo, de las veces que me olvido de que sigo vivo, de las sacudidas de orgullo, de los golpes en el pecho y las palmadas en el hombro; de las camisas de fuerza que me ponen y de los consejos bienavenidos que intentan que olvide realmente quien toma las decisiones.

Pero... cuando realizas apuestas arriesgadas, te expones a quedarte sin blanca.


Feliz Cumpleaños Neruda.

1 comentario:

  1. Me gustas cuando callas y estás como distante.
    Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
    Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
    Déjame que me calle con el silencio tuyo.


    Felicidades atrasadas por mi parte.

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