jueves, 21 de mayo de 2009

Gestión de Recursos

El chasquido de un mechero es lo único que perturba el silencio en estos momentos.
Un pequeño detalle que hace romper el silencio mientras transformo las ideas en palabras.

Y es que la vida es eso... esos pequeños detalles que no se olvidan.
Un abrazo en el momento mas inesperado, una sonrisa furtiva entre un tumulto de gente o un simple ''¿que tal estas?'' pueden ser de gran ayuda en momentos poco agraciados para una persona.

Pero no todos los detalles son buenos... ni mucho menos, aunque son mas fáciles de encontrar ¿cuantas veces hemos corrido al ascensor, a sabiendas que la puerta del portal se estaba abriendo? o... ¿Cuantas veces nos hemos hecho los ciegos para evitar tener que saludar a una persona con la que nos cruzamos? Podríamos sujetar la puerta, o afrontar que esa persona se va a cruzar, y que tendrás que saludarle, simplemente por educación en ambos casos.

Estos últimos, son de los que todos nos damos cuenta, y en los que todos nos basamos para crearnos una idea de la persona a grandes rasgos.

La vida esta llena de pequeñas cosas, y de millones de estímulos que dejamos pasar, que no dejamos que se metan en nuestra vida.

La sinceridad, la honestidad, y la valentía son rasgos muy difíciles de encontrar, de mantener y de llevar a cabo en muchas ocasiones...

Yo me quedo con los ojos de las personas, que dicen demasiado muchas veces. Me quedo las miradas congeladas por instantes entre la gente, con las sonrisas antes de saludarme, con los abrazos que despiden horas de conversación y con las caricias que se hacen por cariño, solamente por ver la cara de una persona, disfrutando.

Pero los detalles son fugaces, así que no podemos permitirnos el lujo de dejarlos escapar así como así... porque cualquier día, se cruzarán de acera para no saludarnos.

Ahora... la mayoría verá un post banal, con poco sentido, o simplemente aburrido... ¿qué ves tú?

1 comentario:

  1. Yo veo mucha razón en todo lo que dices. Esos detalles de los que hablas, esos que no se olvidan, ahora se hacen los despistados, como si no nos conocieran, como si no los hubieramos vivido en primera persona... detalles mal educados que a veces nosotros también quisieramos no reconocerlos...

    pero como bien dices, otros están por llegar, por no decir que están por todas partes, y no podemos dejarlos escapar, aunque mañana puede que se hagan los despistados y nos esquiven la mirada... Sabremos de igual forma que los conocemos porque son nuestros detalles, nuestros nuestros momentos vividos... y nadie nos lo podrá negar.

    Me alegra volver a cruzarnos por aquí y yo, en vez de cambiarme de acera, te dejo un saludo en este nuevo espacio que aún huele a nuevo y que espero que en él nos cuentes esos pensamientos de cantautor frustrado, con todos los detalles.

    un besazo

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